sábado, 28 de marzo de 2009

Alejo Pérez debuta como director de la orquesta del Teatro Argentino


Por Carolina Fernández Sirio
Se inicia esta noche el primer programa del Ciclo de Conciertos del Teatro Argentino con obras de Tchaikovsky y Prokofiev. La dirección estará a cargo del nuevo titular de la orquesta estable, Alejo Pérez, que por primera vez estará en el escenario del primer coliseo bonaerense. "Estoy muy entusiasmado, para mí esto es también entrar en una arena nueva", dijo el nuevo director a Diagonales en una entrevista que concedió después de uno de los intensos ensayos.
–¿Mucha expectativa?
–Claro. Ver cómo funciona la química hasta el final del proceso. Éste es un primer acercamiento, pero también hay que ver cómo nos entendemos juntos…
–El funcionamiento en equipo...
–Claro. Me quedé muy tranquilo y satisfecho de ver que hay mucho potencial técnico y artístico, hay mucha buena materia prima para hacer cosas grandes.
–¿También debe darse el proceso de adaptación de la orquesta con el maestro?
–Sin duda. Y la idea es que sea un proyecto a largo plazo, poder trabajar juntos en un repertorio, un sonido, una disciplina técnica que nos permita evolucionar, a mí como director y a ellos como organismo, y juntos en una dirección determinada de estilos, ejecución y sonidos.
–¿Hay distintos estilos o técnicas para dirigir una orquesta?
–Claro. Cada lectura que se hace está embebida de tu prisma, con lo que vos entendés de la partitura, de cómo tiene que ser ese sonido de determinado compositor, una cantidad de ideas, fraseos, producción de sonido que, obviamente, son diferentes en cada maestro. También depende del background de cada uno, si viene un director que se formó dentro de la orquesta o un director que es cantante o que es pianista o que es compositor, eso va generando una cantidad de miradas de la música y las músicas que a la larga se hacen personales.
–Todo estreno genera expectativa. El hecho de que éste sea también su debut como director, ¿le agrega un plus?
–Si lo ponemos en un paralelo con una relación sentimental a futuro, no es sólo una linda cita o una cena o un par de salidas interesantes, sino que funcionemos y entremos en consonancia en muchas cosas a futuro. Eso, agrega mucho a las ganas.

Joven y talentoso. Si bien es el nuevo director de la orquesta estable del Teatro Argentino, Alejo Pérez es muy joven. Pero le sobra talento y experiencia. Tiene 34 años y durante los últimos diez años estuvo radicado en Europa. Volvió en noviembre de 2008 y, sin proponérselo, al mes era convocado para dirigir al conjunto orquestal del coliseo platense, uno de los más importantes del país.
–Su imagen no es la arquetípica del director de orquesta...
–Viejo, con bastón , pelado...
–¿La gente suele esperar esa otra imagen?
–Sí, es normal. Es una profesión hecha y construida en base a la experiencia. Pero no es el único ingrediente, hay mucho de talento, de intuición, de formación. La experiencia de foguearse con diferentes orquestas y óperas, en diferentes lugares, genera mucho poder de observación y capacidad de reacción. Es una cuestión de reflejos, hábitos y cositas del oficio que se aprenden, pero traté de armar toda la experiencia lo más rápido que pude.
–Sin esperar las canas...
–Claro. Y la tarea es trabajar con la gente y sacar lo mejor ella. No es que yo impongo cosas. También hay una cuestión de motivación y de mucho entusiasmo que la juventud o una generación más fresca puede acercar.
–¿Siente alguna diferencia entre lo que es trabajar en Europa y acá?
–Llegué de allá hace una semana y están recortando presupuesto, sobre todo en cultura. Eso es algo muy peligroso que afecta en todos lados. Limitaciones hay por todas partes. Acá, encuentro las particularidades de nuestra sociedad. La orquesta es siempre un muestrario casi arquetípico de la sociedad porque tiene esa cosa de expresiones masivas en algunas cosas, de lucimiento individual en algunas otras, entonces es un termómetro muy característico que refleja necesariamente la sociedad de la ciudad donde estemos.
–¿Se encontró con algo que "en Europa no le pasaba"?
–A todo momento. Pero también hay cosas que digo "esto en Europa no lo consigo". Por suerte es diferente.
–¿Qué cosas no se consiguen en Europa?
–El músico o el artista argentino está casi forzado y, por eso mismo, acostumbrado a pilotear en la tormenta. Entonces, esto nos genera un plus o una capacidad de reacción a situaciones o a elementos externos hostiles que nos permiten, de repente, en la última recta, siempre pegar una levantada de concentración, de nivel, de entrega que, por ahí, en otros lugares o países, donde las cosas funcionan con más previsión u orden, es más difícil de ver. Afuera hay un nivel básico y se trabaja para subir un poquito eso pero ése es el nivel básico. El músico argentino tiene, en general, un potencial muy rico que, sea por condiciones difíciles de trabajo cotidiano, sea por falta de exigencia o por falta de motivación no es explotado todas las veces que pudiera serlo, pero tienen esa entrega especial, esta levantada de nivel en general, que es muy característica de todas nuestras orquestas.

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