sábado, 18 de abril de 2009

Grita Quincas toca en Ciudad Vieja


Por Miguel Russo
El grupo Grita Quincas hace su debut mañana a las 21.30 en Ciudad Vieja (71 y 17). Lo forman Federico Núñez en clarinete, Federico Jaureguiberry en saxo alto y descomposición (como prefiere llamar a sus temas), Bernardo Casagrande en saxo tenor, Mauricio Seminara en piano, Agustín Salzano en cello y Sofía Socolovsky en contrabajo. Federico Jaureguiberry, "el descompositor", ex arreglador de Banda Hermética, se presta al diálogo para contar este show inaugural de una banda que ya tiene historia.
–¿Cuál es el recorrido que va desde el adiós a Banda Hermética a la formación de Grita Quincas?
–Grita Quincas arranca en marzo del año pasado, en paralelo con Banda Hermética. Entre mayo y junio de 2007, tomando la idea de Calendario do Som, de Hermeto, me dediqué a escribir algo día a día. Me intrigaba esa "gimnasia" de escribir todos los días. Cuando escuché lo hecho, me pareció que todo sonaba igual así que lo dejé para tomar distancia. Por otro lado, Marcos Archetti y yo, después de unos años de arreglar el Calendario..., empezamos a tener la necesidad de hacer nuestros temas. Las introducciones o los interludios de los temas que yo arreglaba, me dejaban con la intriga de qué pasaría si escribía algo míoo. Fui convocando músicos para armar un proyecto propio. Como primer paso, ubiqué a Mauricio Seminara, luego invité a Federico Núñez y Bernardo Casagrande (también integrantes de BH) y por último se sumaron a Sofía Socolovsky y Agustín Salzano. Actualmente, el repertorio de Grita Quincas son arreglos de los temas de mi "mini calendario".
–¿En qué influye la necesidad de interpretar los temas propios con la conformación del grupo vientos-cuerdas?
–Durante los años que arreglé para BH, trabajé con una sección de vientos donde pude experimentar diferentes estrategias de arreglos. Con el cello y el contrabajo amplío la experimentación tímbrica y me lleva al dilema de las diferencias dinámicas que existen entre los vientos y las cuerdas, por lo que me exige ser muy cuidadoso con la orquestación y a Núñez y a Casagrande les pide más control sobre la dinámica.
–¿Qué quedó de Hermeto Pascoal en la composición, en los arreglos y en el sonido final de la banda?
–Grita Quincas es una búsqueda del camino propio. Después de cinco años de trabajar en BH, la cabeza queda seteada en "esa" manera de trabajar, así que por lo pronto me estoy "sacando" a Hermeto de encima escribiendo escribiendo y escribiendo. Tarde o temprano va a salir a flote el lenguaje propio. Habiendo escuchado Kaimanta Kaiman (el proyecto de Marcos Archetti) y mis arreglos, vi que había un sonido de Marcos en BH y otro mío. Ahora, Grita Quincas es una de esas partes. El sonido del sexteto es muy diferente al de BH: no me interesa trabajar tanto con las especies rítmicas de Brasil y la sección de vientos no tiene flauta así que el registro agudo queda donde llegué el clarinete de Núñez.
–¿Hay proyectos para grabar o primero debe darse un afiatamiento?
–Tiene que quedar un registro, un "yo hice esto" que permita una visión crítica de lo que se realiza. En el ensayo, estoy puliendo las cosas; en "vivo", estoy más pendiente de lo que estoy tocando. Sólo queda grabar. Mi idea es, de aquí a fin de año, tener grabado algo, pero antes tenemos que tener una cantidad de shows y ensayos quemados así suena música y no notas que pasan una tras otra. El afiatamiento se lleva a cabo tanto en ensayos como en shows, que es donde no hay retorno. El ensayo y la experimentación son permanentes. Y, si hay trabajo, mañana seguro que va a sonar mejor que hoy.
–¿Todos los temas serán siempre suyos o hay otros compositores en el grupo?
–Hasta ahora los temas son míos. Mi idea es que en Grita Quincas escriba quién quiera. Mauri y Berni componen, por ahora escriben para sus respectivos grupos: Chipica Trío en el caso de Mauri y No Tan Big en el de Berni.
–Integra otros grupos, acompaña a otros artistas, ¿ qué diferencias encuentra entre ser líder de una banda, ser un integrante más o ser músico invitado?
–Actualmente integro dos tríos: La Trenza (donde hacemos folclore) y Doña Prudencia (de versiones Beatles), formo parte del grupo Chavannes (de acid funk) y colaboro con los grupos La Secta, Dirty Diamonds y Cangola Trunca. Me siento cómodo en todos los roles. Cada uno demanda algo distinto y me divierte cambiar, aprender de los otros, estar como cabeza o como compañero de fila. Llevar un proyecto propio a buen puerto da trabajo, pero tengo un grupo de gente responsable, al que le gusta trabajar, encontrar soluciones y no solamente problemas en las partes que les paso. Por ahí el proyecto propio absorbe más tiempo porque además de estudiar, escribir y organizar los ensayos, pide también la organización de fechas, publicidad. Es todo un aprendizaje de gestión. La responsabilidad siempre es la misma: hacer las cosas bien, nada más que algunas veces hago más cosas que en otras.

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